«Los ministros van y vienen, pero nosotros nos quedamos». Una frase que he oído muchas veces en la Administración, y una muestra del poder en la sombra de los funcionarios. Luis Arroyo recogía hace unos días en su blog algunas citas de aquella impagable serie británica, «Yes, minister», una joya de la crítica que merece la pena repasar:
- “Si la gente no sabe lo que haces, no sabe lo que haces mal”.
- “El asunto está siendo considerado’ significa que hemos perdido una carpeta. ‘El asunto está siendo activamente considerado’ significa que estamos buscando la carpeta”.
- “El primer ministro no quiere la verdad, quiere algo que pueda decir al Parlamento”.
- “Si los funcionarios no pelean por el presupuesto de su ministerio, se pueden quedar con un ministerio tan pequeño que lo puede gestionar hasta un ministro”.
- “La Ley de Secretos Oficiales no está para proteger los secretos, sino para proteger a los oficiales”.
- “Lo sorprendente de los académicos no es que tengan un precio, sino lo bajo que es su precio”.
- “Solo son totalitarios los Gobiernos que suprimen los hechos. En este país simplemente tomamos la decisión democrática de no publicarlos”.
- “Si no te gusta la decisión de un ministro, acéptala con gusto y sugiérele que deje los detalles en tus manos”.
- “Nuestro trabajo es decirle al Parlamento la verdad y solo la verdad. Pero sería irresponsable decirle toda la verdad”.
- “Es bien sabido en el Foreign Office que una orden del primer ministro se convierte en un requerimiento del ministro, luego en una recomendación del secretario de Estado y finalmente en una sugerencia del embajador. Si es que llega tan lejos…”.
Y, sin embargo, yo he conocido en el colectivo de funcionarios a algunos de los mejores profesionales con los que me he encontrado, después de 40 años de santa profesión, como diría aquel comentarista deportivo.
También he tenido ocasión de conocer a ministros y a excelentes profesionales ajenos a la formación requerida para acceder a la función pública y que formaron (Ministerio de Ciencia y Tecnología), y que hoy otros forman (Ministerio de Ciencia e Innovación), parte del magma que rodea a cualquier ministro que se han creído los únicos para llevar adelante proyectos como lo es la puesta en marcha de un ministerio y claro así les fue y así les va. Y, lo que es pero, así nos va.
De forma que revindico a los profesionales de la Administración Pública, muchas veces comandados por patanes, «patanas» en los dos casos a los que aludo, incapaces de escuchar y aventados por el ego, y por el magma, que indudablemente el cargo supone. Y así van las cosas en el tan añorado cambio del modelo productivo …. ¡Viva el Turismo y la Gastronomía!