Las razones por las que lo hicimos se han perdido en la noche de los tiempos, y ahora me parece una iniciativa incomprensible. Con un grupo de amigos decidimos crear una baraja de Tarot en la que las figuras serían retratos. Nos centramos en los Arcanos Mayores: El Mago, La Papisa o La Sacerdotisa, La Emperatriz (L’Impératrice), El Emperador (L’Empereur), El Papa o El Sumo Sacerdote (Le Pape), El Enamorado (L’Amoureux), El Carro (Le Chariot), La Justicia (La Justice), El Ermitaño (L’Ermite), La Rueda de la Fortuna (La Roue de Fortune), La Fuerza (La Force), El Colgado (Le Pendu), La Muerte (La Mort), La Templanza (Tempérance), El Diablo (Le Diable), La Torre o la Casa Dios (La Maison Dieu), La Estrella (L’Étoile), La Luna (La Lune), El Sol (Le Soleil), El Juicio (Le Jugement) y El Mundo (Le Monde).
Como sabrás, El tarot es una baraja de naipes que, además de servir para jugar, se usa a menudo como medio de «adivinación» del pasado, de la situación presente del consultante y algunas veces del futuro, por lo que constituiría un tipo de cartomancia.
También existe un método de lectura terapéutica, donde la lectura no reside en la adivinanza o dar certezas sino en utilizar los arcanos como simbolismos para analizar la situación. Carl Gustav Jung estudió esta baraja y la utilizó como medio de análisis y trabajo con pacientes.
Sus orígenes datan al menos del siglo XIV.
Los modelos fuimos nosotros mismos y nuestros conocidos. Una experta esotérica nos asesoró. La amiga de una amiga se ocupó del maquillaje. Yo hice las fotos. Editamos la baraja de Tarot con la intención de venderla. Como era previsible, fue un rotundo fracaso comercial. He recuperado las fotos y las he digitalizado. Pínchalas para verlas en grande. Aún tengo un montón de barajas en un altillo.
Pues quiero una baraja!. Abrazo. C.
Qué gracia, yo también he encontrado una baraja del «Tarot de Madrid» y mi hija Ana ha alucinado!!!
¿Pertenecíais a algún grupo relacionado con Timothy Leary?
También teníais unos sillones postmodernos rojos muy divertidos, de utilidad dudosa, la verdad sea dicha.
Ah, los sillones, qué sería de aquellos sillones…
Es maravillosa por completo. Yo quiero una, si aún tienes disponibles.
(La había visto en NY, cuando estuve en casa de Antonio Gurrea, y nunca la había olvidado)
Cuando quieras, aquí la tienes